Cuando iniciamos en el mundo de la magia, una de nuestras preguntas puede ser ¿cuándo sé que estoy lista? ¿cuándo mi preparación mágica es suficiente? ¿cuándo he terminado mi camino de aprendiz y puedo llamarme bruja?
La mayoría de las religiones suele tener un ritual de iniciación, un bautismo o un acto de valentía. Algunas prácticas de brujería sudamericanas le «encomiendan» un muerto al practicante para que lo acompañe.
En la religión wiccana, el practicante debe de pasar un año y un día estudiando para poder unirse al coven y conocer sus secretos. El practicante debe estar convencido de que es el camino que desea, conociendo además el ciclo primordial de vida y muerte de la naturaleza.
Para el resto de nosotros, que solo practicamos el paganismo o la brujería, no existe una iniciación como tal; es más sencillo cuando tienes un maestro, pero si tu práctica es solitaria puede ser difícil.
Mi preparación mágica
Como bruja ecléctica, decidí tomar la idea de vivir el ciclo de vida de un año, las 13 lunas y las 4 estaciones. Mi práctica comenzó en una luna llena, así que probablemente el año y el día pase en una luna llena.
Creo que es importante para la preparación mágica el vivir el ciclo natural, conocer cómo vive la tierra, como cambia. Después de todo, debemos aprender que todo es un ciclo, vida, reproducción, muerte.
La naturaleza nos enseña a vivir nuestros propios ciclos, así como la luna nos ayuda a las mujeres a entender los ciclos menstruales. Esto nos permite vivir en armonía con la naturaleza, que creo es el fin de toda práctica mágica: conectar con ella.
Camino Espiritual
Y ¿qué quiere decir eso? Desde mi punto de vista, es estudiar qué se celebra en cada festividad, sus correspondencias, hechizos, su historia. Pero más importante, entender qué parte del ciclo representa. Por ejemplo, en Ostara celebramos la primavera, Litha es el inicio del verano, Mabon el inicio de Otoño y Yule el inicio del Invierno.
Este es el ciclo de vida y muerte de la naturaleza, todo vive en Ostara y muere en Yule; estas son las 4 estaciones, y en diferentes religiones también son sus principales festividades. Nuestra vida sigue con este ciclo, cuando niños siendo enérgicos, comenzando a madurar en la adolescencia, llegando a la adultez y finalmente, nuestra vejez.
Conclusión
Por lo tanto, otro consejo que daría a quien quiera iniciar es vivir ese primer ciclo natural de la manera más espiritual posible.