La rueda del año es uno de los temas más populares cuando hablamos de brujería. Este concepto es wiccano, y aunque nos parezca increíble, es realidad es moderno. Las fiestas se organizaron de esta manera en la modernidad, y muchas ni siquiera eran conocidas como hoy las conocemos.
Se trata de 8 festividades, 2 solsticios y 2 equinoccios y sus respectivos medios. Cada una representa una etapa del año y una etapa de la vida del Dios y la Diosa. Iniciando en Samhain, seguida de Yule, Imbolc, Ostara, Beltane, Litha, Lammas y Mabon, luego el ciclo vuelve a comenzar.
Muchas brujas modernas, toman este concepto wiccano para su práctica personal, buscamos las correspondencias, cómo decorar el altar y los encantamientos y rituales que podríamos llegar a realizar. Sin embargo, ¿realmente entendemos porqué manzanas en mabon? ¿Por qué velas en imbolc? ¿Por qué huevos en ostara?
Como ya hemos visto, se trata del ciclo del año, sin embargo, en un clima europeo. ¿Tiene que ver con el clima? Así es, tiene que ver con el clima. La rueda del año representa todo el ciclo anual de vida, muerte y renacimiento, y sus correspondencias tienen que ver con lo que se cosechaba, lo que se cazaba, y las actividades que tenían que realizarse para sobrevivir.
Sin embargo, quizá en tu localidad no te sientas identificada con ciertas cosechas, ciertos animales quizá ni siquiera son endémicos de tu región, ni ciertas plantas. ¿Qué pasa con eso?
La Rueda del Año Personal
Considero que el concepto de La Rueda del Año es importante para las brujas, sean wiccanas o no, pero debemos entender la razón de su existencia, para así integrarlo a nuestra práctica.
En la brujería, todo se trata de ciclos: vida, muerte y renacimiento. Se trata de conocer nuestros orígenes y volver a ellos, se trata de rendir culto a la naturaleza y cuidarla. Y para lograr eso, debemos conocerla; no existe el mismo clima en todo el mundo, quizá tu tierra sea tropical o desértica, y es interesante encontrar tus propias correspondencias para tu altar, tus propias fechas importantes (quizá tomando los equinoccios y solsticios de referencia) de cuándo cambia el clima, de los insectos y animales que pasean por ahí. Quizá incluso de las deidades, seres y espíritus de tu propia localidad: duendes, hadas, goblins, nahuales, chaneques, etc.
Alanna llama a este tipo de acercamiento: Magia del Territorio. Yo vivo en un área desértica, y muchas de las festividades son extrañas para mi, porque ciertas cosas no crecen naturalmente en mi área, en cambio, otras se dan muy bien. En ninguna festividad he visto correspondencias de escorpiones, cactáceas, sahuaros, mayates y otros animales desérticos.
A partir del video de Alanna: ¿Por qué dejé de celebrar la Rueda del Año? comencé a reflexionar en ello de una manera más profunda. Si bien, no la celebraba de manera religiosa, me parecía un concepto interesante, aunque complicado de llevar a cabo, al ver el video, entendí porqué.
¿Cómo adaptarla a nuestra localidad?
Para esto necesitamos poner nuestras habilidades de observación a trabajar, observar cómo va cambiando el clima de nuestra localidad, los insectos y animales que corretean por los parques, las plantas que crecen libremente, etc. Vamos a echarnos un clavado en las historias de los grupos originarios de la región, sus fiestas y cómo honraban a sus deidades y espíritus. ¿Qué cosas eran importantes para ellos? Quizá en una comunidad costera sea muy importante el ciclo de reproducción de los animales marinos para la pesca y los ciclos lunares.
Anota todo lo que vayas aprendiendo y observando, quizá sea un buen momento para hablar con tus familiares más viejos y que te cuenten historias. Mi madre me cuenta como en época de lluvias salían los sapos a cantar, y como la gente sabía que iba a llover porque empezaban a aparecer mayates y las hormigas mudaban sus nidos.
Así, te invito a que realices el ejercicio para conocer la Rueda del Año de tu localidad, conecta con ella y siéntete parte del ciclo natural al que ya perteneces.